Depuración de aguas residuales en pequeñas aglomeraciones urbanas.

Por Juan José Salas Rodríguez.

Al hablar del tratamiento de aguas residuales a pequeña escala, se hace preciso recalcar dos conceptos, en consonancia con la Directiva 91/271/CEE, que a veces no se tienen en consideración:

  • No hablamos de poblaciones, sino de aglomeraciones urbanas, entendiendo por aglomeración urbana «la zona cuya población y/o actividades económicas presenten concentración suficiente para la recogida y conducción de las aguas residuales urbanas a una instalación de tratamiento de dichas aguas, o a un punto de vertido final».
  • No se contabiliza la población a tratar en función del número de sus habitantes, sino de sus habitantes equivalentes, lo que permite considerar la carga industrial biodegradable que entrará en la estación de tratamiento.

En lo referente a qué entendemos por pequeña aglomeración urbana, se ha consensuado establecer el límite en los 2.000 habitantes equivalentes, por debajo del cual la mencionada Directiva exige que se aplique a las aguas residuales un tratamiento adecuado. Debe entenderse que este límite poblacional no es rígido, y que puede manejarse con cierta flexibilidad.

Una vez sentadas estas premisas, es preciso tener en cuenta que el tratamiento de las aguas residuales de las pequeñas aglomeraciones presenta una serie de condicionantes, tanto de carácter técnico (fuertes oscilaciones diarias y estacionales de los caudales y cargas a tratar), como económico (al no beneficiarse de las ventajas de la economía de escala), que hacen necesaria la implementación de soluciones de tratamiento específicas que se adapten a estos condicionantes.

Depuración en pequeñas poblaciones.

Fruto de esta idiosincrasia, ya la EPA en el año 1977 recomendaba los siguientes criterios a la hora de seleccionar el tipo de tecnología a aplicar en las pequeñas aglomeraciones urbanas:

  • Tecnologías que requieran un mínimo de mantenimiento y que este mantenimiento sea lo más simple posible.
  • Tecnologías con un gasto mínimo de energía.
  • Tecnologías que presenten un funcionamiento eficaz ante un amplio rango de caudales y cargas.
  • Los posibles fallos de equipos y de procesos deben causar un mínimo deterioro de la calidad del efluente.
  • Máxima integración medioambiental.

En lo referente a las tendencias en las tecnologías de tratamiento aplicables en este segmento poblacional, en el caso de las tecnologías de carácter intensivo se tiende en la actualidad a minimizar los consumos energéticos de la etapa de aireación y a su monitorización, aplicándose la práctica totalidad de las tecnologías que se emplean en las aglomeraciones medianas/grandes.

En el caso de las tecnologías extensivas, los esfuerzos se orientan a minimizar sus elevados requisitos de superficie (principal hándicap para su aplicación) y a dotarlas de mecanismos de respuesta para hacer frente, de forma eficaz, a modificaciones de las condiciones de operación. Para dar respuesta a estas demandas, se comienza a trabajar con tecnologías híbridas INTEXT (INTensivas/EXTensivas), buscando sinergias entre ambos tipos de tecnologías.

Todo el abanico de tecnologías disponibles debe irse adaptando para poder cumplir con los requisitos de vertido cada vez más exigentes, especialmente en lo que a la reducción de nutrientes (N y P) hace referencia.

Otro aspecto de suma importancia es la gestión de las instalaciones de tratamiento en pequeñas aglomeraciones, en la que la experiencia, tozudamente, ha demostrado que debido a la escasez de recursos técnicos y económicos, cuando la gestión de las infraestructuras de saneamiento y depuración se realiza por el propio municipio, esta resulta comúnmente deficiente.

Resumiendo, ahora que llega el momento de depurar lo pequeño, se cuenta con conocimientos, tecnología y experiencias suficientes y contrastadas para hacerlo correctamente, evitando los frecuentes errores del pasado en este ámbito poblacional, consecuencia de no haber diseñado, construido y explotado las estaciones de depuración con la misma exigencia que se aplicaba en las de mayor tamaño.

¡Esperemos, y confiemos, en que así sea!

D. Juan José Salas es Doctor en química por la Universidad de Sevilla, Ingeniero técnico industrial, Diplomado en ingeniería y gestión medioambiental y Titulado en alta especialización en grasas. Definido como Médico del agua es director de Servicios tecnológicos de la Fundación CENTA con treinta y seis años de experiencia en el tratamiento de las aguas residuales, especialmente de los vertidos generados en las pequeñas aglomeraciones urbanas.

Fuente: Blog de Juan José Salas en iAgua.
Publicado con autorización expresa del autor.