Un lago natural depurará las aguas residuales de la Casa Torre Falcón.

La rehabilitación de este inmueble tradicional de la huerta de Murcia contempla sistemas de depuración y climatización completamente ecológicos que no necesitan el uso de energía.

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La Casa Torre Falcón fue construida en el primer tercio del siglo XVIII. Israel Sánchez.

La rehabilitación de la Casa Torre Falcón, un emblema de la huerta de Espinardo que rememora la vida tradicional del primer tercio del siglo XVIII, contará con un sistema de saneamiento y climatización completamente natural.

Así lo han diseñado los responsables del proyecto que se ha elaborado desde la Concejalía de Desarrollo Sostenible y Huerta del Ayuntamiento de Murcia y que está pendiente de licitación, quienes han planteado que la recuperación de este histórico inmueble cuente en su exterior con un lago natural de fitodepuración. Se trata de un humedal artificial con plantas acuáticas que se encargarán de depurar el agua residual que se utilice en el interior de la Casa Falcón, un agua que posteriormente se usará para regar las zonas ajardinadas y huertos del entorno.

En el diseño de este lago se ha dispuesto un tubo de llegada del agua residual que está a una altura superior al tubo de salida del agua para riego. En ese transcurso, entre una zona y otra, el fondo del lago tiene una pendiente formada por una red de rizomas, así como grava y una membrana impermeable, que ayudará a las plantas acuáticas a depurar los restos.

Un sistema totalmente ecológico para el que no será necesario el uso de energía eléctrica.

Las casas torre eran las construcciones más nobles de la huerta en esa época y aunque inicialmente se concibieron como centro logístico de una gran explotación agrícola y de la seda, posteriormente pasaron a usarse como casas solariegas de veraneo por sus propietarios. No obstante, el subdirector de la Oficina de Urbanismo del Consistorio, Jesús López, reconoce que la calidad de esta construcción era «algo menos noble», ya que los materiales que se usaron en su construcción no eran de muy buena calidad, lo que hará más complicada su rehabilitación.

En este caso, la Casa Torre Falcón tomó el nombre de sus propietarios originales, aunque también perteneció a los Marqueses de Ordoño, y en la última planta del inmueble se criaba el gusano de seda y se guardaba la cosecha.

Esta edificación cuenta con una superficie total de 426 metros cuadrados, de los cuales 366 metros cuadrados corresponden a la casa torre y 59,3 metros cuadrados al anexo donde se ubicarán las dependencias de conserjería, almacén y aseos. Entre ambos espacios está el patio, de 70 metros cuadrados, que tendrá funciones a modo de vestíbulo para recibir visitas.

Desde la Concejalía recuerdan que esta edificación es un bien catalogado con grado de protección 2, cuyo volumen está compuesto por tres alturas, a destacar la arquería de vanos de la última planta.

Pozo canadiense.

El edil de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro Corchón, explica que «todo el proyecto se basa en criterios de sostenibilidad ambiental«, de ahí que se haya planteado este lago de fitodepuración que permitirá aprovechar después el agua para riego, así como un pozo canadiense.

Éste es un sistema eficiente que permite regular la temperatura en el interior del edificio a través de un tubo o chimenea que va bajo el suelo desde el exterior y entra al edificio. «Este sistema permite mantener una temperatura estable, ya que actúa como un intercambiador de calor que ventila la estancia de forma mecánica sin tener que usar el aire acondicionado en verano o la calefacción en invierno», señala.

Navarro Corchón insiste en que «son sistemas novedosos de eficiencia energética y de búsqueda de soluciones basadas en la naturaleza».

Fuente: La Opinión de Murcia.
Fecha consultada: Domingo, 25 de octubre de 2020.