Por Jorge Chamorro.
Siempre me llamó la atención un hecho que, regularmente, se producía cuando, una vez construida la estación depuradora de aguas residuales (EDAR). esta se ponía en marcha.
Rara era la vez que no hubiera solicitud, por parte de alguna persona relevante, para que buscáramos un puesto para la operación y mantenimiento (O&M), de algún hijo, sobrino o pariente con el que no sabían que hacer y había abandonado cualquier formación.
Parece ser que el puesto de operador de una EDAR, total solo están para limpiar, era la colocación ideal para estas personas.
Es decir, nos pedían que pusiéramos a cargo de unas instalaciones y equipos, que habían costado un montón de dinero, a un personal que todo el mundo consideraba que no valía para casi nada. Sin tener en cuenta que una parte importante del tiempo, noches y fines de semana, el operador de planta esta solo y sin ninguna supervisión, controlando unos procesos singulares con una maquinaria carísima.
Por suerte, no sé qué tendrá el puesto de operador de planta, nunca conocí a ninguna de estas personas que, al cabo de los seis meses, no estuviese enamorada de su profesión y entregado a esa tarea de controlar los procesos y los equipos de una EDAR.
Es más, sus ansias por conocer mejor su trabajo y aportar ideas para la mejora de su trabajo eran una constante que yo, como jefe de planta, potenciaba y, con mucha frecuencia, incorporaba a los procesos de trabajo.
Es cierto que pueden haberse dado casos en los que los operadores han acabado por tirar la toalla. Pero siempre ha sido porque no se ha valorado su trabajo o, lo que es peor, porque han ido viendo como las instalaciones que tenían a su cargo se iban deteriorando sin que pareciese que, salvo al jefe de planta, al resto del mundo, ni le interesaba ni le importaba lo más mínimo.
La ausencia de modernización de las EDAR, en algunos casos con una obsolescencia evidente (superada su capacidad hidráulica y de carga contaminante), han ido reduciendo su interés por seguir capacitándose para afrontar nuevos retos en la operación.
Algunos, los menos, han tenido la suerte de ver como sus plantas se han modernizado y se han adaptado a las nuevas tecnologías, mas automáticas y que requieren una cualificación mayor.
Este es el reto para los numerosos operadores de EDAR, capacitarse para las nuevas formas de operar las mismas, con una mayor automatización y una necesidad creciente de mantener los sensores e instrumentos, que permiten esa automatización, en perfectas condiciones en todo momento.
No dejéis que una profesión tan entregada (anda que no hay noches de Navidad y de Fin de Año en la que nadie se ha acordado de vosotros) se vea relegada o menospreciada.
Sin vosotros, nuestros ríos y fuentes de agua estarían en muchísimas peores condiciones que las actuales. Vosotros sois responsables de que sigan depurando y haciendo funcionar unos procesos sobrecargados con unos equipos que hace mucho tiempo sobrepasaron su vida útil.
D. Jorge Chamorro es ingeniero especialista en tratamiento y depuración de aguas y en desalación y, además, director de servicios de operación y mantenimiento de infraestructuras hidráulicas realizando su actividad profesional como director técnico en la empresa HdosO y como profesor asociado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Fuente: Blog de Jorge Chamorro en iAgua.